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Thursday, June 07, 2007

Los tamaños del amor.

Recuerdo perfectamente el dia que lei esto, en el financiero, un viernes, por casualidad, no sabia que era una seccion que salia todos los viernes, lo lei el mismo dia que todos, creo que es algo que simplemente tienes que leer, te llama y te envuelve.
Lo relei como 5 veces seguidas, no podia entenderle, no queria, el hueco que siempre habia sentido, que se retorcia por dentro descanso, por primera vez habia alguien mas enfermo que yo!!!, y tenia los webos suficientes para publicarlo a nivel nacional.
Ahora cada vez que lo leo, no puedo evitar dejar escapar un suspiro, casi siempre lo hago dos veces seguidas, me imagino las miradas perdidas, dirigidas al vacio, las lagrimas recorriendo las mejillas, la asfixiante sensacion de impotencia, y la fuerza que se necesita para siquiera pensar algo asi.
Contrario a lo que se acostumbra en este blo, y por primera y unica ocasion, posteo algo que lei en un periodico. A disfrutar pues de la miseria:

No siempre, en las cuestiones del amor, se cumplen las promesas a carta cabal. Pero hay sus excepciones, por supuesto. A veces en efecto se hace lo que de veras se dice. Sé de un caso así, que paso a narrar en seguida.
Cuando se miraron por primera vez, en sus miradas hubo como un vientecillo de atracción, que es lo que necesita la gente para animarse a proseguir los tanteos de sus pruritos íntimos. Ella acababa de terminar, el vivía solo después de vivir una tormentosa relación. Luego de tener unos frágiles acercamientos, que mas bien coronaban sus respectivas timideces, quedaron de verse en un bar céntrico, pero el no recordaba, al día siguiente, donde diablos era. Recorrió tres espléndidas cantinas antes de llegar al sitio indicado, y eso por pura intuición. Ahí estaba ELLA, extrañada de la ausencia masculina. Lo vio llegar con el sudor perlado en la frente. De tanto caminar buscando el lugar elegido, había perdido la compostura. Rieron un poco "¿pero como pudiste olvidarlo si ayer mismo tu fuiste el que propusiste el nombre"?, preguntaba ella, sorprendida de la súbita distracción del hombre y quedaron nuevamente de verse otro día, con un poco mas de tiempo.
A la cuarta salida, después de un concierto de rock en el Palacio de los Deportes, el la invito a su departamento. Tomaron algunas copas y el le pidió que no se fuera: la madrugada se les había venido encima. Ella entonces, decidió acostarse en la cama, mientras el se quedaba en la sala. La mujer incluso le puso el seguro a la puerta de la alcoba para prevenir cualquier indefinible sobresalto. Ella se fue a dormir y el continuo tomando sus rones oyendo cualquier disco, y el sueño lo venció cuando el sol empezaba a imponerse a la luz, ahora mortecina, de la luna. Ella se despidió en el momento en que el empezaba a acomodar los sueños reposados del abandono corporal. Mas, unas cuantas semanas después, bailando una pieza de Álvaro Carrillo, ambos se besaron y no despegaron sus cuerpos en un numero aproximado de cinco inauditas y llameantes horas.
Fue cuando el propuso un amor literalmente inolvidable
- ¿Cómo podría amarte aun a pesar de no amarte ? - pregunto el hombre
Ella no supo que contestar.
- Amándote aun sin poseerte - dijo el -. Es la única manera de no dejarte de amar, si bien eso implicaría ciertas condiciones heterodoxas.
Ella escuchaba nada mas.
- El amor nunca es perdurable - dijo el -. No se cuanto vas a amarme con esta fogosidad con cual ahora me amas. No se hasta cuando podrás mirarme con esta mirada tuya de deseo incotenido. Ni yo sé hasta cuando podré mirarte así como hoy te miro, con estas ganas de estar adentro de ti hasta que los sueños nos venzan. El amor es corto, pero además no importa.
Por lo tanto, para amarse, a diferencia de los que se enamoran y tan pronto, sin que se percaten del todo, están ya desenamorados - pero incluso se niegan a aceptarlo por prejuicios costumbristas-, la solución, dijo el hombre, seria concluir la relación estando enamorados. No esperar a que el amor se marchite a espaldas suyas. Nadie sabe, pero mañana podría un hombre seducir, con una sola sonrisa, a la mujer, o una nueva mujer, con un lento y sinuoso andar, podría en un espontáneo- u ondulantemente calculado- relampagueo hacer que le hombre volteara a verla con las venas nuevamente abiertas de su corazón.
Quien lo sabe
-Terminar antes de definitivamente terminar -dijo el hombre-. Pero no de manera abrupta, ni vacilante, ni resignada. No hay peor romance que el que termina porque no hay remedio, porque ya se acortaron las palabras, porque ya se agoto el deseo, porque se hace el amor con el único cuerpo disponible. Evitemos los lugares indeciblemente comunes. Amémonos de por vida finalizando el amor a tiempo; es decir, dejémonos de ver amándonos para continuar amándonos hasta el fin. Saber que nos amamos, pese a estar con otros amores que esos si son fútiles, intrascendentes, normales.
La mujer estaba completamente de acuerdo con el planteamiento.
-Démonos un plazo -dijo el, queriendo tal vez que ella se opusiera al enigmático, mas soberbio proyecto-. Digamos, tres meses. Vamos a amarnos durante 3 meses. Con intensidad, entregados con fervor, sabiendo que no hay marcha atrás. Solo tres meses, de manera que después de dicho lapso cada quien, enamorado del otro, tome el rumbo que considere pertinente. Ten la seguridad de que, así, yo voy a amarte de aquí hasta mi muerte, y sin requisitos burocráticos.
Ella estuvo de acuerdo, quizás esperando, muy dentro suyo, que el hombre no estuviera del todo en sus cabales con esa insania, mas felizmente utópica, propuesta. Ambos sabían, ya con maduras y amargas experiencias anteriores, que el amor no dura lo que los enamorados se prometen, que las palabras son una cosa y las actitudes muy otra, que los juramentos son una cosa y los cumplimientos muy otra, que los deseos no son los mismos cuando dos personas duermen juntas todas las malditas noches ( una cosa es hacer el amor y otra soportar todos los aromas involuntarios de la pareja cuando no se esta haciendo el amor ) y tienen que tolerarse sus caprichos y sus vaguedades.
Finalizar una relación bajo las demarcaciones de la venturosa ilusión. ¿ Por qué no?
Se entregaron, de ese modo, a vivir en el delirio profundo y a gozarse con descomunal vehemencia los tres meses mas hermosos de su vida, al termino de los cuales se despidieron, con un apretado y silencioso nudo en la garganta, de se prodigioso y maravillado único amor, deseándose ( literalmente deseándose ) lo mejor en sus futuros caminos.
Ninguno de los dos, aunque una voz interior les pedía a gritos que reconsideraran su estúpida proposición( si, se decían a si mismos, estúpida, absurda, insensata proposición, pero callaron, nadie dijo nada, mordiéndose los labios para no exhibir su desconsuelo, su abatimiento corporal, quizás para no arruinar su quimérico amor), rompió el pacto verbal. Se dieron un largo y prolongado beso y partieron por rumbos totalmente apuestos
A varios años de distancia, ella ya con un hijo de otro hombre, el con algunas vivencias desmoronables con un puñado de olvidables mujeres, aun se nombran en sus sueños, y de vez en cuando, tanto el como ella, se recuerdan con esmerado placer y, sin poderlo evitar, una furtiva lagrima cae, sin querer, de sus entristecidos ojos, pero dicen, a quienes están con ellos, que son los vientos enrarecidos los que los provoca el breve llanto.
Pero solo ellos saben que es el tamaño de su amor, por haber cumplido exactamente con lo que dijeron, lo que les lastima ocasionalmente el alma.
VU.

1 comment:

del norte soy ! said...

.. esa historia me suena parecida, no se donde la lei o la vi, bueno aparte de que salio publicada por akellos rumbos ja!... mmh XoXo... ciao!